Voy viendo poco a poco cómo se aleja el tranvía, va a paso lento, pero puedo percibir su lento movimiento. Cada segundo da un paso adelante, se va escapando y se lleva cosas importantes de mi vida.
Es un momento de desahogo, pero también de amargura, son dos sensaciones contrarias que pesan sobre mi cuerpo.
No quiero deshacerme de esas cosas importantes, pero necesito descargarme por unos momentos, sentir de nuevo que soy una persona, una mujer aparte de una madre.
¿Estaré haciendo bien por darme esos momentos?, pero entonces ¿por qué siento que no actúo correctamente?.
Tenemos muchas anclas que no nos dejan volar, y nos mantienen con los pies en el suelo.
Por eso, yo, ahora, me tomo mi tiempo y dejo volar mi imaginación, sitiéndome libre por unos momentos, aunque sólo sean un par de horas.
Puede ser esta mi vía de escape.