martes, 2 de octubre de 2012

Detrás de la Puerta Azul

Esta historia empezó en la La Puerta Azul , y continuó en Siguiendo la Estela de la Puerta Azul , pero irá a más aquí y en otros pequeños relatos, así conocerás a Berta, Beatriz y Sofía.


Aquel 15 de Julio de 2010 sería un día inolvidable para nosotras.

Sofía no estaba en Fira por casualidad, eso lo tenía claro y nos lo explicaba con mucha normalidad como si la historia que nos estaba contando la asimilase como una verdad.

Sus grandes ojos azules hacían que mientras que te contaba la historia de su vida, no pudieses parar de mirarla, te atraían, te llevaban a su mundo. 

Siempre se había preguntado por qué había llevado ella esa vida, por qué en aquel lugar del mundo donde las cosas no pasaban por casualidad. Y el hecho de haber decidido buscar su verdad, la había llevado a buscar la verdad de otras personas que la necesitasen.

Nos invitó a Beatriz y a mí a visitar su casa, y así entenderíamos todo lo que nos estaba intentando explicar. 

El sol ya se había puesto en el Mar Egeo, y todo el misterio que rodeaba a Sofía nos parecía una gran aventura que teníamos que vivir, y para mí, una posibilidad de encontrar respuesta a todo lo que había visto detrás de la Puerta Azul. No podía quitar de mi cabeza la imagen de aquellas dos chicas, que estaba segura éramos Beatriz y yo. 

En la puerta de la casa sólo había un pequeño cartel discreto: "Presente y Pasado". Su casa era igual de agradable que toda aquella isla,  decorada de tal forma que te transmitía mucha serenidad. 

Y en su terraza, llena de flores, de plantas de agradable aroma y de la brisa del mar, nos comenzó a contar su vida. Cómo todo empezó una noche de fin de año de 1975 cuando el amor, o mejor un hombre, le había jugado una mala pasada, y ella no había soportado más seguir viviendo. Con toda la naturalidad de mundo, seguía contándonos cómo aquella noche pasó a ser otra persona mientras se precipitaba por el acantilado y  a partir de ese momento, empezó a vivir su purgatorio, su nueva vida, siendo "la Sofia" que era ahora.

Beatriz me miraba como diciéndome: "Berta, ¿estás entendiendo lo mismo que yo?"

Fue una noche extraña, larga, pero bonita, en la que Sofía nos enseñó cómo ella veía su vida, porque era su purgatorio, cómo había llegado a ser quien era...

viernes, 18 de mayo de 2012

EMPATÍA


Empatía: Indentificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.


Hasta hace unos años jamás había usado esta palabra, e incluso no pensaba que podría ser un sentimiento tan importante. Es una palabra de la que poco a poco estoy disfrutando más.

Las experiencias hacen que ese sentimiento que aflora hacia otras personas, hacia lo que el otro siente , vaya aumentando. Ese ha sido mi caso. 

En el mundo que nos rodea ha faltado mucha empatía, pero me estoy dando cuenta que algo bueno vamos a sacar de estos años duros, y una de estas cosas es ser capaces de ponernos en el lugar del que tenemos al lado y sentir un poco de lo que él siente.

Hasta ahora el "ego" era lo más importante. Mirando hacia atrás veo hasta dónde nos ha llevado a todos el querer ser "el más", "el mejor en", "el que más tiene"... 

Han aflorado otros sentimientos, mirar a los ojos de una persona que está pasando por un mal trago, y sentir lo que él puede sentir... te hace crecer como persona, saber acompañarlo en ese camino...

Con la empatía puedes sentir la pena del otro, la alegría del otro, la rabia, la satisfacción... es un sentimiento que te pone en su lugar y te hace sentir su alegría, su rabia o su satisfacción. 



miércoles, 22 de febrero de 2012

Siguiendo la estela de la Puerta Azul

Si quieres recordarla o no la conoces, esta  historia empezó en LA PUERTA AZUL 

Quería pasar al otro lado de la puerta, saber exactamente por qué todos aquellos "recuerdos" habían aparecido de repente. Pero no sabía cómo hacerlo, cómo conseguir otra vez traer esas imágenes que había visto con tanta nitidez.

Estaba segura, había visto a aquellas chicas detrás de la puerta y éramos nosotras, en otra época, pero nosotras.

Beatriz me miraba preocupada, no sabía cómo ayudarme. Para ella todo lo de la Puerta Azul le sonaba a locura, una consecuencia del calor asfixiante que aquella mañana habíamos pasado en las calles de Santorini. Pero yo estaba segura de que lo había vivido, esas chicas éramos nosotras y eso no me lo iba a poner en duda nadie.

Beatriz tenía razón, un buen aperitivo en alguna de las terrazas de los acantilados, y esas maravillosas vistas, harían que me despejase, que aclarase mis ideas. Los días habían sido muy intensos, ¿quien podía resistirse a la marcha nocturna de Santorini?

Disfrutar de aquel paisaje y esa tranquilidad  había hecho que me relajase. Quizá Beatriz tenía razón, todo había sido una mala pasada de mi mente por el cansancio. 

Aquella ciudad tenía algo especial, también sus gentes. Ahora fue Bea la que tuvo una sensación extraña. "Berta, no paramos de coincidir con esa chica que ahora está apoyada en el muro". "No me había fijado, pero ahora que lo dices, es verdad, me suena su cara". Como si nos hubiese oído, la chica nos miró descaradamente, nosotras no lo pensamos y la invitamos a sentarse.

Estábamos en Fira, cenando en una de sus terrazas, con el volcán frente a nosotras,  una puesta de sol llena de colores mágicos y el Mar Egeo de fondo. Disfrutando de una cena llena de sabores, los griegos se toman su tiempo para preparar los alimentos. Pero lo mejor de todo era la compañía. Sofía era una chica llena de embrujo.

Las historias sobre aquella tierra que ella nos contó y unas cuantas copas de vino hicieron que me decidiera a contarle mi experiencia con la Puerta Azul. Para ella todo aquello no le sonaba extraño ni lejano. Creía en el  magnetismo del volcán y todo lo que sobre aquella zona se contaba. Historias sobre personas que se habían precipitado por el acantilado después de correr como locos gritando sobre extrañas visiones. Ese era el embrujo del volcán, el Mar Egeo y la isla que teníamos tan cerca. Todo creaba un ambiente especial.

Quizá los efluvios del volcán crearon esa imagen detrás de la Puerta Azul. No, eran reales, esa era yo y Beatriz estaba a mi lado. Había algo más detrás de aquella visión y quería saberlo...