Buscando lo esplendido, lo diferente, lo que te llene de felicidad.
El laberinto te lleva por sitios que te van abriendo puertas que no tienen nada dentro, caminos que luego no tienen salida.
Llenando esa caja de banalidades, de importancia temporal.
Descubriendo que ciertos momentos vividos, son momentos de felicidad vividos, disfrutados, ahí, en ese momento, pero ya.
Recorriendo jardines de flores hermosas, olorosas y a veces llenas de espinas, desnudas tu alma, lo das todo, confías...y encuentras que todo eso se marchita.
La nube rosa va cogiendo un color violáceo, casi negro. Esa sensibilidad que hace que sientas su dolor, su alegría, que lo hagas tuyo, empatía lo llaman, es la que de repente puede transformarse en tu mayor enemigo.
Sin esperarlo...una piedra, otra, otra...y llega la definitiva, la que lo derrumba todo. El polvo no te hace ver la realidad, pero se va asentando y entonces después los ves, ELLOS, son ellos. Los que te hacen sentirte tú,que puedes ser tú, vivir como quieres,sonreír,llorar, reír muy fuerte, bailar, hablar, cantar. Sensación de calor.
Porque son ellos los que están ahí, y reubicas tu corazón, tus sentimientos, lo que hay, lo que tiene que haber y lo que no.
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